Al crecer siempre estuvo presente una voz materna que se encargaba de nuestro vestuario y combinaciones, por eso al alcanzar la madurez nos sentimos emocionados de poder tomar nuestras propias decisiones, comprar la ropa que más nos gusta y crear desde allí un estilo único. Así como en el mundo existen diferentes estándares de belleza, entre las mujeres reconocemos que existen hábitos parecidos al momento de vestir, por eso muchas pueden sentirse identificadas con esta lista sobre nuestras costumbres más comunes.
Aunque nos arreglamos para sentirnos bien con nosotras mismas, somos conscientes de que otros van a observarnos, por eso somos muy cuidadosas al escoger cada prenda y accesorio.
De nada sirve un vestuario lleno de ropa, calzado y accesorios si estos no pueden combinarse en un increíble atuendo. Las mujeres tenemos este hábito como si fuera una regla que debemos respetar al momento de comprar cualquier prenda.
Tarjetas de crédito o piezas de marca no son un obstáculo para lograr combinaciones únicas y atractivas. La creatividad es parte de nosotras y como administradoras naturales poseemos la capacidad de lograr muchas combinaciones con pocas piezas.
Realizar una compra es una decisión importante, por eso nos gusta conocer todas las opciones, ya que al final esperamos que nuestra inversión sea recompensada con una pieza capaz de combinarse con otras de nuestro vestuario.
Cuando se trata de tendencias las mujeres se dividen en dos grupos: uno al cual no le importa y prefiere la individualidad de su personalidad y otro que le hace seguimiento a los colores, formas y texturas que se están usando para cada temporada y de esa forma deciden que es momento de adquirir una nueva prenda.
La jerarquía también existe dentro de nuestros cajones. Siempre habrá una pieza o color del cual no deseamos separarnos, y si bien apegarse a una prenda no es malo, debemos darle descanso a nuestra ropa si queremos que ésta dure.
Las mujeres seguras consigo mismas disfrutan destacando la parte de su cuerpo que más les gusta, olvidando sus complejos y haciendo que estos pasen desapercibidos para los demás. Porque una mujer con confianza luce siempre más radiante.
La ropa íntima es importante aunque esta no se muestre, esto nos permite sentirnos sexys y estar preparadas ante cualquier situación inesperada.
Vanidosas o no es importante sentirnos a gusto con lo que vestimos, incluso si eso implica cambiarnos varias veces, desordenar todo nuestro closet, llegar un poco tarde o rehacer completamente nuestro maquillaje. De esa forma estaremos de buen humor durante el día.
Las ocasiones especiales siempre están a la vuelta de la esquina: una boda o un evento importante es parte de la vida cotidiana. Por eso, podemos darnos el lujo de elegir una prenda o calzado que tal vez usemos una o dos veces en nuestra vida; porque antes muertas que repetitivas.
No debemos olvidar que cada individuo es un ser complejo con sus propias impresiones, y que éstos no están definidos por lo que visten o por cómo se combinan la ropa. Usemos estos hábitos para reflexionar sobre nuestras costumbres al momento de arreglarnos, en especial, porque no podemos llegar tarde cada vez que la cartera no combine con los zapatos. Es necesario que definamos nuestras prioridades y organicemos los guardarropas para ser más productivas sin sacrificar nuestro estilo.